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Prevención del cáncer de mama

La doctora Vanessa Alende, perteneciente a la Sociedade Galega de Medicina Interna, recuerda algunas claves de prevención, diagnóstico y tratamiento del cáncer de mama, el más frecuente en la población femenina.

Síntomas

“Inicialmente, cuando la lesión es muy pequeña, no aparece ningún síntoma, es lo que podríamos llamar «fase preclínica””, comienza la doctora Alende. “Posteriormente, el cáncer de mama puede manifestarse de diferentes formas: un nódulo o bulto palpable, que puede ser doloroso o no, suele ser el síntoma más frecuente. Al crecer puede producir irregularidades en la mama, o la conocida «piel de naranja» (por su similitud a la piel de dicha fruta), retracción del pezón, enrojecimiento de la piel o úlceras. Aunque más raro, podemos objetivar ecreción por el pezón de líquido seroso (telorrea) o sanguinolento (telorragia)”.

En cuanto al perfil medio de paciente, la doctora comenta que “el cáncer de mama es más frecuente en mujeres, aunque puede afectar a varones. Aunque el cáncer de mama puede afectar a cualquier mujer, el riesgo de padecerlo aumenta con la edad y la mayor incidencia se concentra entre los 50 y los 65 años.  El cáncer de mama es el cáncer más frecuente en la mujer española.  La edad de máxima incidencia está por encima de los 50 años, pero aproximadamente un 10% se diagnostica en mujeres menores de 40 años”.

“En la actualidad la supervivencia media relativa del cáncer de mama tras cinco años es de cerca de un 90% de forma global. De hecho el cáncer de mama es el tipo de tumor maligno con mayor tasa de curación. El estadio en el que se ha diagnosticado el cáncer influye en la supervivencia. La supervivencia en el estadio I es de más del 98% y en cambio en los estadios IV la supervivencia desciende al 24%”.

Factores de riesgo

“Sabemos que uno de los principales factores de riesgo es la edad. Entre los otros  factores de riesgo conocidos se encuentran: los factores hormonales como la menarquia precoz (primera regla) a edad temprana y la menopausia tardía, los antecedentes familiares de cáncer de mama (las mujeres con antecedentes familiares directos -madre, hermana o hija- de cáncer de mama poseen un mayor riesgo de padecer la enfermedad respecto a las que no poseen dichos antecedentes), la obesidad o el sobrepeso tras la menopausia, el tratamiento con radioterapia sobre la mama en la infancia o adolescencia (mama en desarrollo) por otro tumor como un linfoma, o algunas enfermedades benignas de la mama de tipo proliferativo (aumento en el número de células) con alteraciones celulares.

También se ha visto que la dieta hipercalórica rica en grasas animales y pobre en fibras, así como el sedentarismo y el consumo de alcohol, parecen aumentar el riesgo de padecer cáncer de mama.

Prevención

Además de los programas de cribado mediante mamografía, que consiguen una disminución en la mortalidad por cáncer de mama, los internistas (y los sanitarios) debemos de incidir en la necesidad de autoexaminarse las mamas de forma regular.

Papel del Médico Internista

“Quizás el papel del internista es clave en el diagnóstico de la enfermedad”, recuerda la doctora Alende.

“Desde Medicina Interna  podemos prestar especial interés al linfedema o edema linfático, secuela del tratamiento del cáncer de mama, que a menudo incapacita (física y psicológicamente a las pacientes). Consiste en la hinchazón del brazo de la mama afectada debida a la acumulación de líquido (linfa) en el mismo. Una vez producido, es importante la derivación del paciente a un fisioterapeuta especializado que puede realizar un tratamiento de drenaje o masaje linfático y vendaje de compresión”.

Investigación

Con respecto al estado actual de la investigación, “hacen falta recursos estables para la investigación clínica. Existe mucha investigación, sobre todo en pacientes con cáncer de mama mestastásico, ya que el reto de la medicación es lograr la cronificación de las pacientes. Una de las principales líneas de investigación es el papel y los resultados relevantes que han demostrado los fármacos inhibidores del ciclo celular (CDK-i) en la supervivencia de pacientes con cáncer de mama metastásico hormonosensible”.