Caso: Varón, 29 años. Antecedentes de mielomeningocele y vejiga neurógena secundaria. Portador de talla vesical desde hace un año. Acude a su centro de salud por coloración violácea de la orina en bolsa de sonda vesical desde hace 24 horas. No presenta fiebre ni dolor abdominal, tampoco comenta toma de fármacos o cambios en su alimentación habitual. Un análisis básico de sangre revela parámetros dentro de la normalidad. ¿Cuál es la causa más probable de este fenómeno?
Solución:
Infección del tracto urinario inferior por E. coli
Solución: se realizó sedimento urinario, revelando un pH de 9, leucocituria, hematuria, bacterias abundantes y cristales de fosfato. En el urocultivo reveló más de 100000 UFC de Escherichia coli sensible. Se instauró empíricamente una cefalosporina de tercera generación, con recuperación de la coloración normal de la orina. El síndrome de la bolsa de orina púrpura o PUBS (por sus siglas en inglés), es un hallazgo poco frecuente. Factores de riesgo conocidos son: sexo femenino, estreñimiento, insuficiencia renal, aumento de triptófano en la dieta o sondaje urinario prolongado. Las bacterias productoras de fosfatasas y sulfatasas son las más frecuentemente implicadas. Tienen también la enzima ureasa, que alcaliniza la orina formando un ambiente básico que propicia el cambio de color de la orina (Escherichia coli, Citrobacter koseri, freundii y diversus; Enterococcus agglomerans, avium, faecalis y cloacae; Klebsiella pneumoniae, Morganella morganii, Providencia stuartii y rettgeri; Proteus mirabilis y vulgari y Pseudomona aeruginosa)
El triptófano de la dieta está presente en proteínas de origen animal, y a nivel intestinal se metaboliza a indol. Este, a nivel hepático, se metaboliza a sulfato de indoxilo que se excreta por la orina. Las sulfatasas y fosfatasas de las bacterias mencionadas reaccionan con el sulfato de indoxilo dando lugar a índigo (azul) e indirrubina (rojo), que interaccionan a su vez con el material de la sonda para dar lugar a una coloración azulada o violácea de la orina.
Es necesario realizar un diagnóstico diferencial con alteraciones en la coloración de la orina provocadas por ciertos medicamentos como rifampicina, azul de metileno o hidroxicobalamina intravenosa o por condiciones hereditarias como alcaptonuria o porfiria.
El tratamiento se basa en el diagnóstico de la infección subyacente, así como el control de otros factores de riesgo modificables que presente el paciente (evitar sondaje, insistir en técnicas de manipulación asépticas o control del estreñimiento). Conocer este fenómeno puede conllevar un tratamiento precoz de la infección urinaria, reduciendo así la posibilidad de complicaciones.